Dicen que la evolución tecnológica es imparable, y que las cosas cada vez son más avanzadas y complejas. A esto habría que añadir que la tecnología es también cada vez más pequeña. La miniaturización está a la orden del día, aunque muchas veces ni siquiera nos damos cuenta.
Miramos a nuestro alrededor y vemos completa normalidad. Pero esto que hoy es normal y cotidiano hace unos años era grande, enorme, o en otros casos apenas ofrecía una fracción de lo que ofrece hoy en día. ¿Te has parado a pensar en cómo ha evolucionado el almacenamiento digital? Hoy vamos a hablar de este ejemplo.
Del disco duro a la tarjeta microSD
Era el año 1953 cuando IBM lanzaba el RAMAC, su primer ordenador con un disco duro llamado Model 350. Sus dimensiones eran de 172x152x74 centímetros y podía almacenar 3,75 MB; el ordenador al completo pesaba en torno a una tonelada y aquí lo tenéis en una imagen de la US Army:

Poco más de sesenta años después SanDisk tiene una microSD de 200 GB, presentada hace unas pocas semanas. Del tamaño de una uña, su peso es insignificante y su capacidad multiplica por mucho a la proporcionada por el Model 350 de IBM.
Ahora muchos portátiles bajan del kilogramo, entre ellos el nuevo Macbook (2015) o el más sorprendente LaVie Z HZ550 de Lenovo, por no hablar de tablets u otros dispositivos del perfil al Surface 3 Pro. Hemos avanzado una
barbaridad.
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