Y lo es por esa apuesta por la convergencia y por lograr que una misma plataforma sirva como base universal para todo tipo de dispositivos. La promesa de las aplicaciones universales (aunque Microsoft ya haya quitado ese apelativo y las denomine "aplicaciones" sin más) y de tecnologías como Continuum sobresalen sobre un desarrollo que coge lo mejor de Windows 8/8.1 y que además recupera muchas características demandadas por el usuario.
Muchas promesas.
Desde que lo conocimos más a fondo en enero de este año, Windows 10 se ha convertido en toda una promesa para los usuarios de esta plataforma. Tras las críticas que generó Windows 8 -y que fueron mitigadas en parte gracias al lanzamiento de un Windows 8.1 más afín con los usuarios de toda la vida- Microsoft ha vuelto a darle protagonismo al teclado y al ratón, pero con una apuesta que además presta mucha atención a nuevos entornos de interacción.
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