Empresa de servicios informáticos a domicilio, reparaciones informáticas y diseño de páginas web. En este blog os daremos a concer notícias diárias sobre, diferentes temas como: informática, nuevas tecnologías, actualidad, curiosidades....

lunes, 20 de julio de 2015

Windows 10 se puede personalizar.



El ratón y el teclado recuperan su protagonismo.

Lo cierto es que la primera instalación de Windows 10 ya nos traía muchas buenas noticias. Para empezar volvía el menú de inicio, que se nos había ido de vacaciones en Windows 8 y que en esta nueva propuesta llegaba además con nuevos ingredientes. Puede que Microsoft se haya cargado el escritorio Metro en apariencia, pero las baldosas siguen muy presentes en este menú, y lo cierto es que el enfoque funciona. Encontraremos en forma de baldosas las aplicaciones que usamos con mayor frecuencia o aquellas que más rabia nos den, porque este menú es totalmente personalizable.

De hecho este es uno de los elementos que más ha ido evolucionando desde las primeras versiones preliminares. El menú original podía expandirse con un botón de maximizar que hacía que de repente nos encontrásemos con el terrorífico -no era para tanto, de verdad- escritorio Metro, pero en Redmond se dieron cuenta de que esta opción no tenía por qué estar tan presente y han acabado moviendo esa opción a los ajustes del sistema operativo, donde podremos elegir qué ocurre cuando pulsamos la tecla Windows (o pinchamos sobre el logo en la parte inferior izquierda).


Microsoft ha ido puliendo de forma muy acertada su interfaz de "baldosas" y ha conseguido un menú de inicio fantástico

La experiencia con el menú de inicio es fantástica, aunque para los que ya nos habíamos acostumbrado a lanzar aplicaciones con el teclado en Windows 8/8.1 (tecla Windows y comenzar a escribir el nombre de la aplicación) y sin ratón la mecánica no cambia mucho. El diseño ha ido cambiando ligeramente, y se ha añadido cierta transparencia a este componente cuando aparece, además de reservar más o menos espacio para las baldosas que queremos tener en primer plano.

Las mejoras en usabilidad han ido creciendo también a medida que aparecían nuevas compilaciones. Desde el primer momento contamos con una que particularmente me parece fantástica y que he visto poco destacada en medios y análisis: la característica Snap ahora permite acoplar ventanas a las esquinas para que ocupen una cuarta parte de la pantalla, y no la mitad. Eso permite que los amantes de grandes monitores (en mi caso, un 27'' 1440p) puedan aprovechar ese espacio de trabajo mostrando a la vez una, dos, tres o cuatro aplicaciones perfectamente alineadas y que ocupen espacios proporcionales.
 Parece mentira como algo tan "tonto" puede aportar tanta productividad.


Otro detalle de lo más bienvenido: la obsesión de Microsoft por el protagonismo de lo táctil había hecho que las aplicaciones "Metro" solo se pudieran ver maximizadas, pero en Windows 10 todas esas herramientas se pueden ver tanto maximizadas como en el escritorio con sus correspondientes ventanas de aplicación. Aquí se vuelve a demostrar que el escritorio clásico recupera su trono, y seguro que los que como yo trabajéis con equipos con pantallas de cierta diagonal agradecéis que vuestro PC no parezca un tablet gigante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario